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¡El año 2024 es para consolidar logros educativos! Comenzamos un nuevo año llenos de energía creadora para seguir aportando y consolidando, juntos y juntas, la calidad educativa que nuestra gran patria persigue. Los niños, niñas, adolescentes, madres, padres y representantes, junto a los y las docentes, personal administrativo y obrero, además de la comunidad toda somos semilla y abono del futuro de Venezuela.
Un día como hoy, pero en 1860, fallece el General Ezequiel Zamora en el asedio de San Carlos, mientras supervisaba la construcción de una trinchera. Zamora participó activamente en la Guerra Federal, desde las filas del partido Liberal. Partido donde se destacó como dirigente, desde su fundación en 1840, por su lenguaje coloquial.
El general fue un acérrimo defensor de los derechos de los campesinos, y bajo el lema “tierra y hombres libres” luchó contra las pretensiones latifundistas de los godos; es decir, las élites oligárquicas del partido Conservador.
Fue líder victorioso, el 10 de diciembre de 1859, de la Batalla de Santa Inés. Sus restos se encuentran en el Panteón Nacional desde 1872.
Hoy homenajeamos a las y los maestros de la patria porque un 15 de enero de 1932, en medio de la dictadura de Juan Vicente Gómez, un grupo de maestros y maestras de la patria crean la Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria.
La Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria —liderados por Luis Beltrán Prieto Figeroa y Miguel Suaniaga— tenía la intención de mejorar la educación en Venezuela que en ese momento se encontraba con altos índices de analfabetismo. Además, gracias a la publicación de la Revista Pedagógica que fundaron, fue un instrumento de difusión de ideas y también de cohesión gremial combatiendo la dictadura de Gómez.
Ya en democracia, en 1945, el presidente Isaias Medina Angarita decreta éste como el Día del maestro.
Hoy se cumplen 91 un años de la histórica reunión en Caracasa, en el edificio Vargas de la esquina El cují; donde maestras y maestro se reunieron, un 15 de enero de 1932, para fundar una agrupación que mejorara la educación y protegiera a los niños y niñas en Venezuela; pero que también defendiera los derechos de los y las maestras de la patria, tan atropellados por la dictadura de Juan Vicente Gómez.
La Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Primaria es la semilla de sindicatos y agrupaciones gremiales de Venenezuel, estuvo liderada por Luis Beltrán Primero Figueroa y Miguel Suniaga.
Y aunque en 1945, en el proceso de democracia representativa, el presidente Medina Angarita reconoció la fecha como Día del Maestro, los maestros y maestras que eran líderes gremiales fueron perseguidos, entre 1949 y 1958, por la dictadura de Marcos Pérez Jiménez quien cambió la fecha del homenaje. Solo en 1959, tras la caída de la dictadura, se retomó la fecha del 15 de enero para honrar a los maestros y maestras de la Patria.
Muere en la ciudad de Caracas, el 20 de enero de 1841, el último pintor colonial: Juan Lovera. Lovera, quien nació también en Caracas, en 1776, fue hijo de pardos libres y recibió una educación esmerada con los frailes dominicos de la Catedral de San Jacinto; fue discípulo del maestro Antonio José Landaeta, también pardo; además asistió a la academia de dibujo del artista italiano Onofre Padroni.
Lovera abraza la causa independentista desde muy temprano. Y en 1814 fue parte de la emigración a oriente, donde miles de caraqueños siguieron a Bolívar salvando sus vidas de las atrocidades del realista José Tomás Boves. Ese año el pintor inicia su exilio —un momento confuso en la biografía del artista y los historiadores no logran un consenso de esa época—.
Juan Lovera reaparece en la ciudad de Caracas en 1820 dedicándose a la enseñanza, a la labor como funcionario público y a la pintura. Realizó retratos al Libertador, Simón Bolívar, de José Antonio Páez y de José María Vargas, entre muchos otros; pero sus grandes obras, por las que le recordamos con admiración son El tumulto del 19 de abril de 1810 (1835 ), que dona a la Diputación Provincial de Caracas y la pieza El 5 de julio de 1811 (1838), que cede al Congreso Nacional.
Un día como hoy, de 1881, llega a la ciudad de Caracas el político y escritor cubano José Martí. Martí viene al país tras su segundo exilio de Cuba; en esta oportunidad es acusado de conspiración por sus acciones en la causa independentista de la isla.
Lo primero que hizo el poeta, en la ciudad, fue rendir tributo al Libertador, Simón Bolívar, ante su estatua ecuestre. Su estancia en el país fue corta pero intensa: maestro de oratoria y literatura en el Colegio Santa María y fundador de la Revista Venezolana, que escribe casi de manera íntegra.
Debe marcharse de Venezuela por orden del presidente Antonio Guzmán Blanco, a quien no le gustó un ensayo que escribió el poeta sobre el escritor caraqueño Cecilio Acosta. En una carta a su amigo Teodoro Aldrey, antes de marcharse, escribe: “Deme Venezuela en qué servirla: ella tiene en mí un hijo”.
En 1928, en La Grita, nace uno de nuestros más insignes arquitectos, José Fructoso Vivas Vivas, mejor conocido como Fruto Vivas. Fruto ingresó en la Universidad Central de Venezuela y, a la par, tiene una intensa militancia en el PCV como miembro clandestino del partido. Se gradúa de arquitecto en 1956, en medio de la férrea dictadura de Marcos Pérez Jiménez.
Fruto Vivas tuvo una obra prolífica. Aún cursando estudios universitarios trabaja con el reconocido arquitecto Oscar Niemeyer para el Museo de Arte Moderno de Caracas; de los trabajos más emblemáticos y que representan su propuesta arquitectónica están el Complejo Árboles para la Vida en Lechería (1994) y el Pabellón Venezolano en Hannover Expo (2000), conocido como la Flor de Venezuela. Además diseñó La Flor de los Cuatro Elementos (2013), en donde reposa el Comandante Hugo Chávez Frías.
Vivas fue ampliamente reconocido; en 1987 recibe el Premio Nacional de Arquitectura y en 2014 el Premio a la trayectoria Iberoamericana de Arquitectura. El maestro Vivas dijo “...yo hablo de árboles como un sueño posible. Coexistir con la naturaleza sin que seamos más importante que la flor del mastranto o una mariposa” y debe ser la premisa de una sociedad que se sepa interdependiente de un delicado equilibrio para la vida de todas las especies.
En 2019, la 40ta sesión de la Conferencia General de la UNESCO, se adoptó el 24 de enero como el Día Mundial de la Cultura Africana y los Afrodescendientes. Esta fecha es propicia para celebrar el rico patrimonio que lega África y los africanos a la humanidad.
En Venezuela la riqueza de esta herencia se ve reflejada en toda la cultura nacional. En la música, la gastronomía, la gastronomía, el sincretismo religioso y hasta el el uso de palabras cotidianas, como lo son: Caramba, bongo, mondongo, conga y hasta guateque.
En la esfera religiosa, la mezcla cultural entre africanos, indígenas y españoles dió origen a la riqueza de bailes, música y cantos en las fiestas de San Juan, San Benito y los distintos Diablos Danzantes que se celebran en el país.
Si bien es cierto que esta es una oportunidad para promover el diálogo y la paz, como promulga la UNESCO, nunca debemos olvidar que nuestros ancestros africanos y africanas llegaron a América esclavizados por los imperios monárquicos y coloniales europeos.
Hoy es fecha de un compromiso serio: es el Día Mundial de la Educación Ambiental. Este día nos recuerda que debemos reforzar una conciencia social que muestre que nuestras acciones pueden generar un impacto negativo en la biodiversidad y ecosistemas del planeta.
Se celebra desde 1975, luego que en Belgrado (Serbia) se realizara el Seminario Internacional sobre Educación Ambiental, al que asistieron expertos de más de 70 países. Y aunque esta fecha no está reconocida por la ONU su celebración está regida por los principios en la Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, que se llevó a cabo en Estocolmo (Suecia), en 1972.
En Venezuela, aunque aún nos falta mucho, hemos asumido nuestra responsabilidad con la tierra promulgando leyes que buscan preservar nuestros ecosistemas y las especies en peligro de extinción, así como también mecanismos de control para garantizar un ambiente limpio.
Hoy conmemoramos un año más de la partida física de Henri Pitttier, ingeniero, botánico, naturalista y etnólogo suizo radicado en Venezuela. A este gran hombre le debemos la creación, en 1937, de nuestro primer parque nacional: el Rancho Grande, ubicado al norte de Maracay. El Rancho Grande, tras la muerte del botánico en 1950, fue renombrado como Parque Nacional Henri Pittier, en su honor.
Henri Pittier llegó a América en 1887. Vivió en Costa Rica 15 años, luego en Estados Unidos y finalmente se asentó en Venezuela en 1919. En nuestro país trabajó activamente en el Herbario Nacional —hoy Instituto Botánico— en donde contribuyó a engrosar las fichas de las especies catalogadas, que pasan de 2 mil a 12 mil.
La obra de Pittier fue abundante. Escribió casi 300 trabajos científicos entre los que se destacan Manual de las plantas usuales de Venezuela y Genera Plantarum Venezuelensium, publicados en 1926 y 1936 respectivamente. A los 92 años muere en la ciudad de Caracas.
En vida el gobierno venezolano lo condecoró con la Orden al Mérito por la Conservación y, en 1974, crea la Condecoración de la Orden Henri Pittier, que se otorga a “quiénes se hayan distinguido en los estudios, la enseñanza, la difusión de conocimientos u otras labores relacionadas con la conservación de los recursos naturales renovables”.
Hoy celebramos el Día Escolar de la Paz, Convivencia y no Violencia con el objetivo de fomentar en nuestros centros educativos una cultura de buena convivencia, en un entorno de Paz y de entendimiento entre todos y todas.
En este día también se conmemora la muerte de Mahatma Gandhi (1869-1948), el líder pacifista indio quien —con la bandera de la desobediencia civil desde una práctica no violenta (ahimsa)— combatió la injusticia y la dominación colonial a la que estaba sometida India por parte de la corona Británica.
Debemos agradecer al profesor, poeta y pacifista español Llorenç Vidal haber impulsado esta iniciativa de una educación en paz interior y paz exterior, desde 1964, y que la Unesco reconoce como efeméride desde 1993.
Efemerides